MIAMI (AP) — Con tres palabritas —como en la canción— el exgobernador de la Florida Jeb Bush desencadenó esta semana una tormenta que pone de manifiesto las dificultades que representa la cuestión inmigratoria para el posible aspirante presidencial.
El favorito del núcleo tradicional del Partido Republicano como candidato a la Casa Blanca describió la inmigración ilegal como un "acto de amor" de gente que lo que quiere es sustentar a sus familias. La reacción indignada de su propio partido no tardó en hacerse sentir.
Esta cuestión podría ser uno de los mayores obstáculos a la candidatura presidencial de Jeb Bush en el 2016. Pero algunos republicanos consideran que es una oportunidad de reparar las relaciones con la población hispana en Estados Unidos, que rechazó al candidato republicano Mitt Romney en 2012.
Un amplio proyecto inmigratorio sigue estancado en el Congreso. Eso significa que los aspirantes presidenciales republicanos probablemente volverán a enfrentar el tema durante sus campañas.