OK, perrito, tienes dos opciones:
Opción A: Correr por este pasillo lleno de premios y juguetes, sin prestar atención a ninguno de ellos, por lo cual serás recompensado al final con una palmada en la cabeza.
Opción B: Olvidar todo el entrenamiento de obediencia que has recibido y vivir a lo grande, porque la vida es corta, y ¿los premios? Los premios se deben comer.
Puede que este golden retriever no sea el perro más educado del grupo, pero al menos tiene una buena razón para mover su colita. Hey -- si tú tuvieras una nariz que oliera deliciosos premios desde lejos, también te costaría resistirte a ellos.
Bien hecho, amiguito.
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H/T Tastefully Offensive
La versión original de este artículo fue publicada en inglés por Ryan Grenoble en HuffPost Good News.
Opción A: Correr por este pasillo lleno de premios y juguetes, sin prestar atención a ninguno de ellos, por lo cual serás recompensado al final con una palmada en la cabeza.
Opción B: Olvidar todo el entrenamiento de obediencia que has recibido y vivir a lo grande, porque la vida es corta, y ¿los premios? Los premios se deben comer.
Puede que este golden retriever no sea el perro más educado del grupo, pero al menos tiene una buena razón para mover su colita. Hey -- si tú tuvieras una nariz que oliera deliciosos premios desde lejos, también te costaría resistirte a ellos.
Bien hecho, amiguito.

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La versión original de este artículo fue publicada en inglés por Ryan Grenoble en HuffPost Good News.